El viaje
Ya sabrán que viajar es agotante y rejuvenecedor a la vez.
Salí el 4 de julio, día muy bueno para salir de un aeropuerto norteamericano de manera que la gente se entretiene asistiendo desfiles y/o barbacoas de hamburguesas y perritos calientes. Logan estaba sin gente.
Llegué a Madrid a las ocho de la mañana del día siguiente. Barajas a esa hora también estaba vacía. Mi vuelo a Santander en Ryanair no salía hasta las 18:10. ¿Qué hacer por tantas horas? Pues lo lógico fue de buscar la consigna para dejar la maleta cerrada bajo llave en un armario. Solo me costó 3,85€. Anduve de la T1 a la T2 (terminal) para coger el metro. Dos euros de ida y dos más de vuelta. ¡A Madrid!
Primera obra: tomarme un café con leche. Ya eran las diez y media de la mañana. Me paseé por el parque Retiro y salí del otro lado para continuar subiendo la calle Alcalá hacia la Puerta del Sol. Hubo una multitud de gente paseándose por las calles ese día bien asoleado y caloroso. A la una y media, almorcé unas tapas en la Plaza Mayor. No se crean que almorzar tapas es más barato que la comida: gambas al ajillo, 17,00€, ensalada mixta (con atún) 11,00€ con una cerveza y pan, resultó costando 36,90€! Pero, por la vista y el sol que hacía, baratísimo el almuerzo.
Posted by P. Chouinard
at 2:52 PM EDT